Mito 1: Formatear un disco rigido muchas veces puede dañarlo.
En pocas palabras: formatear el disco rigido NO reduce su vida útil. Sí, mucha gente asegura que formatear el disco rigido reduce su expectativa de vida, pero es un mito.
La operación de formateo NO supone un esfuerzo especial para el disco rigido. Las cabezas de lectura/escritura NO tocan la superficie magnética, por lo que los platos sólo se pueden dañar si la unidad sufre una fuerte vibración o sacudida durante la operación. Se puede formatear el disco rigido 20 veces diarias, todos los días, y la probabilidad de que falle seguirá siendo la misma que la de cualquier otra unidad.
Este mito puede que venga de los disquetes flexibles, en donde la cabeza sí toca la superficie magnética y, por tanto, las operaciones de lectura, escritura y formateo degradaban paulatinamente el medio.


Mito 2: Formatear un disco rigido hace que se deposite una capa de algo sobre la superficie del plato, lo que, a la larga, hace aparecer sectores defectuosos.
El formateo no deposita ninguna capa de nada en el plato. El disco rigido es un entorno sellado, por lo que en su interior prácticamente no hay polvo. Y aunque lo hubiese ¿por qué debería la operación de formateo depositarlo sobre el plato?

Mito 3: Formatear el disco rigido sobrecarga el brazo móvil que porta los cabezales.
El formateo es una operación que se realiza en sectores contiguos. Esto significa que el formateado se realiza secuencialmente: sector 500, sector 501, sector 502… En esta operación el movimiento del brazo es minúsculo, frente a otras operaciones, como un acceso aleatorio a un archivo, que mueve las cabezas de una parte a otra del plato. Por tanto, el formateo no sobrecarga el brazo.

Mito 4: Desfragmentar el disco rigido sobrecarga el brazo móvil.
En realidad hace justo lo contrario. Aunque la operación en sí supone un gran movimiento de la cabeza, al tener que mover los datos de un lado a otro del disco rigido, el resultado es que estos datos quedan organizados de forma secuencial en el disco. Esto permite que sucesivas operaciones de lectura/escritura se puedan realizar sin tener que moverse prácticamente sobre los platos, lo que reduce el movimiento del brazo e incrementa notablemente el rendimiento del disco rigido.
Por tanto, aunque la operación en si sí puede sobrecargar el brazo de los cabezales, esto se ve sobradamente compensado por el esfuerzo que se ahorra en las sucesivas lecturas y escrituras.


Mito 5: Si un disco rigido tiene sectores defectuosos, formatearlo hará que aparezcan más.
Si un disco rigido tiene sectores defectuosos por culpa de una serie de aterrizajes de los cabezales (cuando, por un golpe o vibración, los cabezales llegan a tocar la superficie), su número aumentará indefectiblemente con el tiempo, se formatee o no se formatee.
La razón para que el número de sectores defectuosos aumente al formatear es que dicha operación es la que descubre los sectores defectuosos. No olvidemos que, al formatear un disco, el sistema operativo comprueba cada sector para detectar los que están en mal estado.
Por tanto, el formatear un disco no aumentará el número de sectores defectuosos, tan sólo revelará lo que, de hecho, está ocurriendo.


Mito 6: Descargar mucho “material” desde Internet reduce la vida del disco rigido.
Descargar “material” al disco rigido constantemente no reduce su vida útil. El disco está girando constantemente, tanto si está leyendo o escribiendo como si permanece inactivo. Y mientras esté girando se morirá al mismo ritmo, tanto si está inactivo como leyendo o escribiendo datos.

Mito 7: La poca potencia en la alimentación eléctrica del disco rigido provoca la aparición de sectores defectuosos.
La poca potencia o los cortes de alimentación no provocan la aparición de sectores defectuosos en un disco rigido. Cuando la potencia recibida no es suficiente, o cuando hay un corte de energía, el brazo de las cabezas las aparca automáticamente, por lo que no hay riesgo de que golpeen los platos.

Mito 8: Una fuente de alimentación barata “mata lentamente” al disco rigido.
Una fuente de alimentación barata NO “mata lentamente” los discos duros. Si una fuente de alimentación barata se avería y manda una sobre tensión al disco rigido, éste morirá instantáneamente, mientras que si no puede ofrecer suficiente potencia, el disco no funcionará adecuadamente o, simplemente, no funcionará en absoluto.

Mito 9: Si el disco rigido acelera y decelera de vez en cuando, se debe a que la fuente, de vez en cuando, no ofrece suficiente potencia como para que el disco rigido gire a la velocidad correcta.
Si hay una pérdida de potencia eléctrica en el disco rigido, éste se apagará y hará que el ordenador se cuelgue. Incluso aunque la energía se restablezca, el disco rigido no volverá a funcionar como si nada hubiera pasado: es necesario reiniciar el ordenador.
El acelerado y decelerado del disco rigido es, simplemente, una consecuencia del proceso de recalibrado del disco rigido.


Mito 10: El aparcado de las cabezas es la causa de los débiles clicks que se oyen en el disco rigido.
Los clicks pueden deberse al proceso de recalibrado térmico del disco rigido, o bien a aterrizajes de las cabezas sobre los platos.

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