Anecdotas del abuelo
jueves, enero 14, 2010
Lo dijo: Mozz

“Mire, ando recopilando datos para escribir un libro. ¿No tendrá alguna historia cómica y ligera que pudiera yo transmitirle al mundo? ¿Algo que haya usted vivido en este pueblo y que recuerde con frecuencia?
“Ah sí, una vez se perdió la esposa del Chuy, ese que vive ahí tras lomita. Pues se llegó la noche y que no aparece la señora. Así que nos reunimos todos los hombres del pueblo y nos armamos con un buen cargamento de mezcal y nos metemos al monte a buscarla. Pasados varios días, pues que la encontramos y como ya andábamos un poco locos por el mezcal, pues que uno por uno le hacemos el amor a la esposa del Chuy”.
El escritor se asombra del morbo con que el anciano recuerda las cosas y se asusta, piensa que no puede contar eso que sucedió. “Uy, ¿no tendrá algo más cómico, algo que le haga reír a usted y a todos los del pueblo? No sé, tal vez algo inusual, qué sé yo”. “Pues sí, una vez, se perdió una chiva del Luis. Que se llega la noche y no recala el animal. Nos reunimos todos los hombres del pueblo, nos armamos con un buen cargamento de mezcal y nos metemos al monte a buscarla. Pasados los días la encontramos y, como ya andábamos un poco locos por el mezcal, uno por uno se apañó a la chivita”.
El viejo degenerado estalla en risas. El escritor piensa que el viejo está loco y que sería mejor cambiar el carácter del tema, para que ya no contara esas cosas. “¿Y no tendrá otra historia? No sé, algo más dramático y triste quehaya vivido. Algo que pueda conmover a los demás y que pueda yo libremente contar en mi libro”.
El viejo mira al suelo y se le nubla la vista. Con un nudo en la garganta y las lágrimas rodando por sus mejillas declara: “Pues, una vez me perdí yo…”
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14 enero, 2010
Caramba.
Anonimo / LEO